Correr en la playa, ¿cuáles son los beneficios y los riesgos?
Con la llegada del verano, son muchas las personas que se animan a practicar deporte al aire libre, y la playa se convierte en un escenario ideal para ello. Correr por la playa no solo ofrece un entorno agradable; también aporta múltiples beneficios para el organismo. Sin embargo, es importante conocer los riesgos para aprovechar al máximo esta actividad sin poner en peligro nuestra salud.
Beneficios de correr en la playa
Correr por la playa puede ser muy beneficioso para el sistema cardiovascular, ya que el contacto de la piel con la arena favorece la reactivación de la circulación sanguínea, ayudando a prevenir la hinchazón de los tobillos y la aparición de varices. Otro beneficio de correr por la playa lo aporta la resistencia extra del terreno, que ayuda a tonificar los músculos de una manera más eficiente.
A esto debemos sumar los estímulos sensoriales que recibimos cuando corremos o caminamos por la playa. La textura de la arena y el ambiente natural de la playa aportan una sensación de bienestar, motivación y disfrute del ejercicio físico. Además, el sonido del mar y la brisa marina contribuyen a una experiencia más relajante.
Riesgos de correr en la playa
A pesar de ser una actividad beneficiosa, correr por la playa no está exento de riesgos que debemos tener en cuenta si queremos evitar lesiones.
Correr por la orilla del mar puede provocar sobrecargas y lesiones en las piernas y los pies, si se hace con demasiada frecuencia. Esto se debe a que la playa es un terreno con desniveles y superficies irregulares, en ocasiones salpicado de objetos que pueden favorecer las caídas, como piedras o residuos que trae el mar.
Al forzar una pisada antinatural, correr por la playa puede causar dolor en el arco del pie y en el talón, así como esguinces de tobillo. Por ello, deben evitar esta actividad las personas con problemas articulares o debilidad en los tendones.
Además, correr por la playa en una única dirección puede sobrecargar los músculos de un solo lado de las piernas.
Después de la carrera por la playa, la aplicación de Fisioactiv Spray Ice de Farline, que proporciona un efecto frío, te aportará una sensación de bienestar inmediato.
Precauciones para correr en la playa
- · Correr por la arena húmeda es más seguro porque está más compacta y estable. Evita las zonas de arena blanda para reducir el riesgo de torceduras y esguinces.
- · Elige unas zapatillas con suela fina que permitan una mayor adaptabilidad a la superficie de la playa.
- · Para no sobrecargar un solo lado de las piernas, planifica un recorrido de ida y vuelta que te permita equilibrar el esfuerzo en ambas direcciones.
- · Correr en la playa requiere más energía que en otras superficies. Comienza con sesiones cortas y ve aumentando la duración y la intensidad progresivamente para evitar sobrecargas y lesiones.
- · Escucha a tu cuerpo y detente si sientes dolor o incomodidad. No ignores las molestias, ya que pueden indicar una sobrecarga o una lesión inminente.
¿Cómo puedo evitar las rozaduras en los muslos?
La mejor manera de prevenir la aparición de rozaduras, ampollas y heridas por fricción causadas por el sudor, la sal o la arena es aplicando Vaselina Anti-rozaduras de Farline enriquecida con aceite de almendras, vitaminas E, B5, B3 y aceites esenciales de lavanda, pino y romero.
¿Es necesario usar calzado especial para correr en la playa?
Si bien para correr por la playa se recomienda una zapatilla con suela más fina que la que se utiliza para correr en el asfalto, el tipo de deportiva debe elegirse dependiendo de múltiples factores: peso, constitución, kilómetros que se van a hacer, tipo de pisada o patologías articulares, musculares o tendinosas previas. Por ello, para elegir el calzado adecuado se recomienda hacer un estudio biomecánico.
El “natural running”, que consiste en correr con zapatillas muy ligeras que dan la sensación de ir descalzo, no está recomendado porque puede causar lesiones en el aparato locomotor, como tendinitis del talón de Aquiles, metatarsalgias o periostitis.
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